FRAGMENTO DE algo que aun no es

(...) Empieza la nueva semana y me toca ir a comprar. A pesar de que soy el primero al que le parecen excesivas las colas en el Carrefour de mi barrio, nunca me quejare por ello a sabiendas de que no conseguire cambiarlo, es mucho mejor decir que el tiempo que pierdes (que frase tan absurda, diré mejor los minutos, eso si se pierde, solo se pierde lo que nosotros creamos y nosotros mismos) sirve para llamar a la familia, reflexionar y fijarse en la gente que campea por el super. He de decir que esto ultimo es muy importante, he visto mas chicas guapas en el super que en todas los bares juntos. Esta vez una de ellas estaba en la cola pareja a la mia, delgadita, con rasgos fuertes, morena, de formas potentes, treintañera o una de esas chicas andaluzas que con 22 ya tiene un cortijo, dos niños y una caseta en la feria de abril. A esta chica le mandaron cambiar de cola porque llevaba carro y estaba en la de los cestos. La pobre puso cara de circunstancias y no dude en quitarme los cascos e invitarle a que se pusiera delante de mi. Ella, igual que yo, llevaba mucho tiempo esperando y me parecio algo logico, pero nada mas dejarle pasar cai en la cuenta de que lo logico no siempre es entendible y pregunté al resto de la cola, con cierto sarcasmo, si habia alguien al que le hubiera molestado mi gesto, ese sacarmos sirvio para que solo algunos pusieran malas caras pero nadie dijera nada. El unico que fue expresivo fue un chico argentino que estaba justo detras de mi que me miró con cara de: "se te ha notado que lo has hecho porque esta buena" y es cierto que ese detalle hizo mas agradable mi gesto pero no fue la causa, lo haria de todas formas. La chica, que al hablar, descubrí su origenes sureños, ( que vista tengo a veces coño!!!) me dió las gracias justificandose. Tenia mucha razon al decir que no sabia porque la cambiaban de cola si tenia cuatro cosas aunque fueran en carrro, mas que nada, porque no habia cestos libres, pero les juro que no le hice mucho caso, me daba exactamente igual si llevaba mucho o poco tiempo esperando lo que estaba claro es que ella estaba primero. Hablamos algo mas pero mi vergüenza ante tal pedazo de mujer me volvio algo serio y distante, no fui capaz de mirarle a los ojos ni una vez, estaba demasiado cerca, era demasiado guapa. Ya con la chica encerrando sus productos alimenticios en bolsas que asfixian, justo cuando me tocaba a mi, un negrito se me acerco para pedirme si le dejaba pasar, solo llevaba una botella de whisky. Evidentemente dije que sí y un señor de la cola se cabreó y le indicó, indignadisimo, donde estaba la cola de la caja. Dejar pasar a este chico fue otra cosa, cuando le dije que sí, se lo dije con gesto de madre dejando comer postre a su hijo despues de no probar las lentejas. Evidentemente yo nunca le pediria a nadie que me dejara pasar pero su peticion tampoco me parecia mal, eso si, tampoco era demasiado acertada a sabiendas de como esta el personal, a sabiendas de que no pedia algo justo si no que pedia algo que no estaba mal. Le deje pasar, sin mas. Seguramente si ese señor no se hubiera puesto como un loco yo seria el primero en irme pensando en el morro que le echaba el negro pero, mas que morro, le echaba pilleria pero claro, aquel hombre al excderse provoco que me pusiera del lado del menos incorrecto, que mas daba, ¿Que perdiamos porque ese muchahdo se saliera con la suya? Comente la jugada con el argentino y comentamos que la gente esta muy desquiciada y yo apostillé que deberia haber partidos de futbol todos los dias, en todos los barrios para que la gente se desahogara.

-Uf, parece que no les llega con currar, pagar facturas...que mas da seamos felices. - acabe diciendo un poco hacia nadie
-Tu lo que pasa es que eres un buenazo - dijo la andaluza que aun seguia intentando dominar las dos bolsas sin que se le cayera su bolso

El chico negro se callaba, asustado, lo cual entendi, pero no estaria de mas que me diera las gracias, cosa que no hizo. Cuando la cajera cobraba el whisky al negro, la chica se marchó
-Adios niño! - me dijo
Y me dolio ese comentario dudando de mi hombria...
Llego mi turno e incite a la cajera a que pasara rapido mis cosas que yo las meteria en las bolsas corriendo para recuperar el tiempo perdido por cobrar antes al negro. Esto lo hice con cierto aire burlon, diciendolo en alto, con ironia muy gallega, en momentos, hasta sobreactuando....y en definitiva, lo que me hizo mas ilusion fue sacarle una sonrisa a la cajera, porque en ese super todas son unas amargadas, eso es cierto, pero tambien lo es que nadie se preocupa por ayudarles a que no lo sean....aunque bueno, alguna no tiene remedio, todo sea dicho. (...)



.


.



.