viernes, 15 de enero de 2010

DOMINIQUE A Neu! club Madrid 14-01-10


"El hombre que golpea el aire"


Por sexta vez en mi vida, volvi a ver en directo a monsieur Dominique A. Lo bueno de ir solo a los conciertos es que no tienes que estar pendiente de nadie, lo cual permite, que puedas estar atento a todo. Antes de entrar, caña de rigor en el bar de al lado, un lugar con demasiada gente en grupo como para no caer en la tentación de simular que hablaba por telefono con mi supuesto compañero de concierto. Al entrar, saludo cordial al portero (llevo varios conciertos en esa sala en muy poco tiempo y el señor me saluda con efusividad) y directamente hacia la barra, por supuesto. La sala esta casi llena y despues de un par de vueltas no logro visualizar ( lo hago por ubicarme, no porque necesite compañia) a ningun conocido o alguno de esos personajillos que siempre veo en los conciertos. Solo veo, fugazmente, a Julio de la Rosa. Ultimamente sin saber porque, lo veo mucho. Me adentro entre la muchedumbre y me dirijo a mi lugar predilecto de la Galileo Galilei: delante, atras, izquierda, centro, por ese orden (como diria Gorka). Durante la espera me acabo mi primera cerveza mientras mando mensajes a alguna gente y miro, por supuesto, miro, siempre. Empieza el concierto y siento cierta sensacion de complicidad con Dominique A, al comparar la emocion que irradian los que me rodean con la naturalidad de la sonrisa que me sale al verlo saludar. No espero grandes sorpresas en este concierto, solo vengo a escucharlo como quien escucha a su madre cantandole una nana. Tenia ganas de un concierto asi, uno que no me apeteciera compartir ni me hiciera gran ilusion ( ya lo he visto bastantes veces), solo escuchar esas canciones en directo, otra vez, a sabiendas de que Dominique nunca falla.

Dominique nunca falla, ni tampoco siempre acierta y el muy buen concierto de ayer no nos llega a los que le hemos visto rozar la excelencia. Supe desde la segunda cancion que la cuestion era mas cosa mia que de él. Solo habia que observar a los que estaban a mi lado, muchos de ellos, seguro, virgenes en estas lides. Sin querer, el saber el recorrido de su concierto, el reconocer sus bailes espasmodicos y la falta de sorpresa, que no emocion, provocaron que mirara mucho mas de lo habitual a mi compañeros de espacio. La media de edad era de unos treinta y cinco y dos representantes de esa media me rozaban por la izquierda y me pedian fuego. Tercera cancion y necesito ir a coger otra cerveza, va a ser dificil, la sala esta llena. La cancion no se encuentra entre mis favoritas. Pido permiso a una pareja para pasar y me encuentro con una sonrisa que me deja pasar. Estaba ahi al lado y no me habia dado cuenta. Sigo mi camino con esa sonrisa en la mente pero sin pararme a observar quien es su dueña. Cuando uno va a por cerveza en medio de un concierto y decide volver al privilegiado lugar donde se encontraba debe ser agil, eficiente y educado. Muchas veces, ciertas pillerias vienen muy bien. En este caso utilice el famoso murmullo de "Joder, siempre tengo que ir yo" dando a entender que llevas cerveza para alguien que no eres tu, por lo cual tienes que llegar a tu destino y tambien, deje de forma muy sigilosa, que el tipo que tenia detras abriera el camino. Lo habia visto cerca de donde yo estaba. Sus decisiones como comandante del barco nos llevaron por senderos que no me permitieron comprobar de quien era aquella sonrisa, pero, ya sano y salvo, decidi separarme de mi superior y desde el mismo lugar que habia ocupado en las primeras canciones pude saborear "Le commerce de l'eau" mientras comprobaba que no solo la sonrisa era bonita. En aquel instante comprobé que la belleza engrandece la belleza. Con esa cancion de fondo tambien tuve tiempo de llamar a mi hermana, comprobar que habia contestado y dejar el movil encima de un abrigo para que el frances se encontrara de nuevo con el atlantico. A partir de este momento mi mirada fijó su atencion en los movimientos gimnasticos de Dominique y en la preciosa forma que tenia aquella chica de sentir las canciones. El concierto siguio su marcha y a pesar de estar mas atento a ella que a él, noté, que la banda empezó a entonarse un poco mas, si cabe, consiguiendo que las canciones adquirieron hechura de disco. Creo que este ha sido el directo de Dominique en el que su sonido se acercó mas al de los discos. Seguramente fue un concierto excelente pero yo no puedo darle esa nota porque lo vi con tres componentes mas en la banda, con mas cuerdas y sobre todo viento y aquello fue uno de los mejores conciertos a los que he asistido. Tambien recuerdo otro en el que su furia electrica se le fue de las manos convirtiendo su canciones pausadas en torbellinos de furia que en ningun caso perdieron la elegancia. Por eso digo que, este fue un buen concierto, pero buscando la excelencia yo preferi observar a aquella chica. Hice dos viajes mas a por cerveza, en uno de ellos le pregunte a una chica madura que estaba a mi lado, sola, fumando cigarros que me pedia y preguntandome que escribia en la libreta, si queria que le trajese una cerveza. Me respondió que no y alli acabo una historia que en algunos momentos en los que no podia ver a la sonrisa, pense que podria llevarnos a algun lugar, ella queria saber que escribia y yo le conteste que al acabar el concierto. Al volver de esa ultima visita a la barra, la chica madura ya no pertenecia a la burbuja de belleza en la que se encontraban la sonrisa y Dominique. Con "Antonia" y Pour la peau" llame a mi madre y realicé la misma ceremonia que con mi hermana. El concierto llegaba a su fin con la sensacion de haber pasado volando y haber quedado demasiadas canciones sin escuchar, la belleza se agotaba por un lado y en un absurdo gesto de torpeza me dispuse a hacer de una manera un poco brusca algo que podria haber hecho antes con mas delicadeza y elegancia. Era la primera cancion del bis, no tenia cerveza, me deshice con algun problema de los dos tipos que tenia delante (los cuales dieron un poco el coñazo al interiorizar la musica de forma demasiado publica) aproveche que la chica tenia la mano colgando y le puse una nota, una nota que es el preludio de esto. La pena de todo fue que no quedo como yo habia imaginado, quedo algo violento y lo peor de todo fue que hubo mas personas que vieron la jugada. A lo mejor son estas escenas erradas las que necesita el cine y la vida. Le deje la nota en la mano y ni me pare a observar su cara de incredulidad que imagine o intui y marche directo a por otra cerveza. Pague la cerveza, me rei de mi, me adentre entre la gente por el lado contrario al que en mi es habitual y Domnique A y su banda nos despidieron con una electrica interpretacion de "Le courage des Oiseaux", preciosa e intensa. En todo caso falto algo, falto la trompeta, falto el aire que tanto necesitan las aves, el aire que Dominique golpea y yo respiro.



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. Siempre es un placer encontrar belleza.





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