jueves, 11 de diciembre de 2008

ANTONIA / OLIVIA


    









    Son las 21:30 de la noche, he terminado de colocar las mesas para los desayunos del dia siguiente y me dirijo a mi habitacion. Fuera, como todas las noches, los ingleses se divierten con absurdos espectaculos de animacion, los pobres van tan borrachos que ni se dan cuenta de que los tratan como tontos. Mis compañeros de habitacion (tres) aun no han terminado de trabajar, puedo disfrutar de cierta tranquilidad e intimidad. Me quito el uniforme de camarero, cojo la libreta y salgo al balconcito de la habitacion. Como todas las noches escribo un poco sobre las cosas que me han pasado en mi jornada laboral. Hace una noche calurosa y humeda, como casi todas las noches de verano en el mediterraneo, pero en Menorca siempre corre una pequeña brisa que reconforta y satisface. 

    Algo se mueve entre los arbustos del jardin que hay enfrente de mi habitacion, echo un vistazo y veo a un pequeño gato rebuscando en la tierra. Ante mi presencia, se queda inmovilizado con una expresion evidente de flaqueza, es muy pequeño y esta muy delgado. Ante mi asombro no pone ningun tipo de resitencia cuando me acerco a cogerlo en brazos. Esta tiritando en pleno verano. Observo que ninguno de mis compañeros de trabajo, que viven en las habitaciones contiguas a la mia, me miren y lo meto en mi habitacion, lo dejo corretear por ella mientras pienso en que hacer y lo noto contento, como si fuera consciente de la suerte que ha tenido de que lo encontrara, no hace falta decir que a partir de ese momento ese gato era responsabilidad mia. 

   No sabia muy bien que hacer y recurri a una compañera de trabajo que tenia un perro que dormia en una caseta que habia en el parking del hotel. Vino a mi habitacion y me comento que no tenia "pito", era una gata. Entre los dos nos la ingeniamos para coger algo de leche y fiambre en la cocina del hotel y pensamos en que hacer con esa pobre gatita... Por suerte, esa noche solo vino a dormir a la habitacion Juan, un cordobes amanerado al que no me costo convencer para que la gata se quedara unos dias hasta que supiera que hacer con ella. Nadie en el hotel debia saber que tenia una gata.

    Entre las 15:30 y las 18:30 tenia libre. Aquella tarde en lugar de mi habitual visita a mi "verdadera habitacion" menorquina (unas rocas a la orilla del mar que se encontraban a 10 minutos a pie del hotel que me permitian acostarme sin estar incomodo y donde habia una pequeña poza que nadie, excepto yo, se dio cuenta de que era la mejor bañera de todo el mediterraneo)  decidi quedarme con la gata en la habitacion.

- A ver pequeña...¿y ahora como te llamo? porque habra que ponerte un nombre
- Evidentemente, la gata no contesto de forma que pueda transcribir aqui...
- A ver voy a ponerte musica para que te relajes y luego decidimos...

  Puse un cd de varios en el radiocasette, le di a reproduccion aleatoria y la primera cancion que sono fue "Antonia" de Dominique A. Ya estaba, no tendria que pensar mas en que nombre ponerle...

  Aquella tarde tambien hable por telefono con Namor. Namor era una chica que habia conocido en el barco que cubre la linea maritima Barcelona- Mahon. Durante ese viaje la observe y casi persegui sin que se diera cuenta hasta que ya de mañana llegando al puerto de Mahon decidi acercarme a ella y soltarle:

- Mira perdona, ¿Menorca no deberia de quedar a la izquierda del barco? El año pasado cuando cogi este mismo barco quedaba a la izquierda.

- Pues no lo se, es la primera vez que vengo. - me contesto mientras miraba medio ausente el litoral menorquin que se mostraba, esta vez, a la derecha del barco.

- Ah, bueno, no se, me tenias cara de menorquina, no se porque...

Y charlamos un poco, no recuerdo que nos dijimos pero lo que se es que al llegar al puerto de Mahon nos esperamos a la salida para desayunar juntos. Ese desayuno iba a ser de tres pero el chico argentino al que conoci tambien en el barco y que sí se habia atrevido a hablar con Namor por la noche declino nuestra invitacion.

   Aquel desayuno fue una delicia. Dos personas que sin cocnocerse fueron conscientes que a los dos le unia que estaban alli buscando algo, o escapando, nunca se sabe. Creo que aunque no dijeramos nada lo sabriamos igual. Estoy seguro de que en aquel desayuno yo hable mucho mas que ella, pero no recuerdo mas alla del croisant, el cafe, el zumo de naranja y el momento en el que le dije:

-Elije un color: ¿rojo o naranja?
-¿Por?
- Elije (y seguro que solte una sonrisa de las mias entre picara y maliciosa )
-Pues...Rojo
- Muy bien... Has decidido que te deje "Los subterraneos"  hasta la proxima vez que nos veamos. Yo me quedare con "Los vagabundos del Dharma"...
- ¿Y eso?
- No se son dos libros de Kerouac que me he traido como compañia para este viaje, y no se, ahora me ha apetecido dejarte uno de los dos, no se cual te podra gustar mas, porque no te conozco ni los he leido y na...por eso te pedi que elijieras...

  La eleccion no pudo ser mas acertada. No podria haber sido de otra forma...

  Aquello fue el comienzo de una preciosa historia. Durante todo un verano la isla de Menorca tuvo un puente invisible para el resto de la gente que unia una punta y otra de la isla. No fue una historia de amor, ni de amistad, ni de sexo, fue una historia tan bonita, tan intima e inclasificable que creo que nisiquiera nosotros dos sabemos muy bien que paso. En todo caso, esta claro que mas que una novela fue una pelicula asi que sera mejor contarla en imagenes que en palabras......

   Aquella tarde hablando con Namor le pedi si podia quedarse ella con la gata. Ella vivia en una casa de campo a las afueras de Ciutadella. Le parecio bien y decidio venir esa noche a buscarla y dormir conmigo. La pelicula entre Namor y yo ya iba por la mitad del metraje. 

   Cuando sali de trabajar me encontre a Namor en un banco de la carretera que pasaba al lado del hotel, nos saludamos y la meti dentro de mi habitacion asegurandome de que nadie la viera. Le presente a Antonia, dimos un paseo y al volver Juan ya estaba en la habitacion. Sabia que a el no le importaria que durmiera esa noche con nosotros. El problema llego cuando ya con los cuatro  durmiendo (gata incluida), Jose, otro de mis compañeros de habitacion llego y se encontro tal escena. Me despertó, me gritó, se cabreó, intente que entrara en razon y se que la presencia de Namor consiguio que no tirara la gata al mar. Jose era una de esas tipicas personas que serian capaz de hacer algo asi para despues arrepentirse hasta fustigarse de tal manera que consiguen dar pena.

- Pero mañana no quiero ver a este bicho aqui eh! alfonsito - Acabo diciendo ya con la luces apagadas mientras refunfuñaba dentro de las sabanas que nunca lavó en cuatro meses.

  
   Namor se llevo a la gata asi que desde ese momento cada lunes (mi dia libre en el trabajo) cuando cogia un autobus o hacia autostop desde Biniancolla hasta Ciudatella (una hora de viaje en bus y a veces mas, a veces menos haciendo autostop) no solo iba a visitar a Namor, tambien a Antonia. Antonia era como nuestra hija, cada vez que llegaba a casa de Namor ella aparecia de la nada y reclamaba mi atencion. Yo me tiraba en cama de Namor y mientras la observaba tender la ropa al sol en el altillo del garaje al que se llegaba desde su habitacion Antonia se acercaba a mi brazo, ponia las patitas encima de el y comenzaba a chuparme como si estuviera mamando y luego nos quedabamos dormidos como se puede ver en el precioso dibujo que nos hizo "mama". Juro que nunca un animal me miró asi, con esa mirada de agradecimiento...

  Namor era como Olivia la novia de Popeye: alta,delgada,morena, de pies grandes y un dia, sin mas, decidimos que la gata deberia de cambiar su nombre. Ahora que vivia con ella deberia de llamarse Olivia y asi quedó. No recuerdo muy bien cuantas veces vi a Olivia, en cuantas de las visitas que hice a Namor estaba la gata, no lo recuerdo....

  La pelicula entre Namor y yo llegaba a un desenlace (que no al final). Iba a ocurrir un hecho que daria un giro a la historia. Recuerdo que aquel lunes no me apetecia hacer autostop, cogi un bus y me sente en el ultimo asiento, me apoye en la ventana y escuche enterito el "Funeral" de Arcade Fire mientras veia pasar el paisaje menorquin con sus vacas esqueleticas y sus fabricas de calzado. Entre el lugar donde me dejaba el autobus y la casa de Namor habia una caminata de una media hora, aquella la recuerdo perfectamente: recuerdo los rayos de sol, las calles por donde fui, los coches que pasaron a mi lado, la gente a la que mire y todo porque, todo aquello que me estaba pasando, ya era un recuerdo. Llegue a su casa algo nervioso, tenia algo que decirle y no sabia muy bien como. Es imposible buscar antidoto cuando no sabes de que estas envenenado, pero algo habia cambiado y los dos lo sabiamos, yo pronto volveria a la ciudad, ella comenzaba a montar su vida alli, yo nunca volveria ser como fui aquel verano....

  Nos saludamos, ya habiamos hablado algo por telefono, yo llevaba dos lunes sin visitarla...

- Oye, tengo que contarte una cosa... - me dijo Namor con cara triste.
- Dime
- Hace una semana que no veo a Olivia, supongo que se habra escapado....


 y ya no tuvimos que decir nada mas....







                                                                                                                             a micro mo.





aqui encontre a OLIVIA.




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2 comentarios:

  1. Gracias Fon, me ha gustado mucho el detalle. Un abrazo muy largo.

    Micro Mo

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  2. Ah!por cierto la música clavada, y volver a ver esa habitación...no sé, increible,no?

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