domingo, 16 de mayo de 2010

Paulina, Ayo y otras despedidas....

Hace un año y medio conoci a una chica en un bar. Estaba sola, escribiendo. Me fije en ella y al irme del bar en cuestion, el bar donde me tomo todos los dias mi cafe de esos 15 minutos que me dan en el trabajo para descansar, le pedi al camarero, gran persona y ya amigo, que le entregara un papel con la direccion de mi blog cuando yo marchara. Asi lo hizo y a partir de ahi volvi a verla mas veces en ese bar, compartiendo sonrisas picaras sin lograr romper la barrera del desconocimiento. Ella nunca escribio en mi blog.

Finalmente, una tarde de Enero me acerque a la mesa que compartia con una amiga que parecia mas pequeña que ella, me presenté y le invite a tomar un cafe en un bar de Lavapies. Con aquel cafe nos conocimos, con aquel cafe supe que era alemana, tenia diecisiete años y estaba de intercambio con una familia española. Nos caimos bien, la conversacion fluia de forma amena, su español era casi perfecto y su cabeza una joya. Nunca he conocido a nadie con la claridad de esa chica, con la capacidad de asumir su casi adolescencia y su feminidad. Me he encontrado con miles de "chicas" y "niñas" de treinta pero ella era una "mujer" de diecisiete.

Nos hicimos amigos, se la presentaba a mis amigos y nadie se creia su edad, es mas, a veces la mayor parecia ella, compartimos musica, charlas y momentos, muchos momentos. Ibamos a ver obras de teatro y yo le preguntaba que tal en el colegio, que tal con los chicos españoles. Casi todo lo importante me lo guardo.

Poco antes de su vuelta a Alemania yo deje de llamarla y cuando volvi a hacerlo, cai en la cuenta de que ya se habia ido. Su telefono español hace tiempo que ha muerto y no hay nada, ni mail, ni apellidos, ni señales que me permitan saber de ella, que me permitan saludarla y despedirme. De ella y de "Meta Volante", aquella novela iniciatica que un servidor escribio entre 2004 y 2005. Le habia prestado la unica copia fisica de la novela y no tuvo ocasion de devolvermela. Mejor asi, no sabia muy bien que hacer con ella y en su compañia, creo que estara bien.

Y asi de igual forma que mi camino se separó de aquella muchacha dejando mi rastro en forma de palabras escritas, me despido de "Ayo", me despido de "La Musique, de "Alice Gould", y de todo aquel que se paso por aqui alguna vez.

No puedo negar que me pica la curiosidad por saber quien esta detras de alguno de estos seudonimos pero no sere yo el que les obligue a descubrirse, algun dia, quien sabe, es posible que vuelvan a leerme o a verme, o a escucharme. Ya me gusta cocinar y no solo comer, ya se que mi madre no hace hamburguesas de rapida digestion sino cocidos que estan mas ricos al dia siguiente.


CINE Y MUSICA para terminar y dejar buen sabor.
Feliz madurez, pequeños soñadores.













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