
Todos conocemos este libro y para muchos de nosotros tiene un significado especial. Este libro marca infancia, adolescencia y madurez de muchos de las que ahora somos jovenes y no tan jovenes. A esa generacion que ha inventado la adolescencia veinteañera y la juventud de gimnasio y gin tonic. Logros todos ellos que se fundamentan en la conquista que ha supuesto crecer con tiempo para soñar, inventar, crecer con posibilidades de mejorar lo que han hecho nuestros padres, crecer con la libertad de elegir. Experiencia parecida a la que vive el pequeño (solo en apariencia, no lo olviden) protagonista de este historia. En cierto modo El Principito es el unico personaje adulto de todo el libro. El Principito representa esa mirada, respeto y cuidado con respecto a todo lo que le rodea, observa y aprende. Su inocencia nos hace pensar que es un niño, pero simplemente ha guardado las formas del niño para aprender como un adulto.
A veces me da la impresion de que muchos a los que les gusta este libro solo se quedan con la forma. Les encanta ese ser inocente, fragil, de mirada limpia que habla de las cosas como nosotros lo veriamos de pequeños. Solo se quedan con el hecho de que él es un principito y no un principe, con que el cuento es para niños, "me encanta ese libro porque me encantaria ser asi y como no lo soy voy a vivir como el principito". El autor Antoine de Saint-Exupéry nos muestra un cuento precioso y algunos solo se quedan con eso. Ese cuento precioso, el envolver esta historia con puntos infantiles, nostalgicos y bellos es la mejor forma de darnos cuenta de lo importante de la actitud en todo esto. La actitud debe ser amable, sincera, humilde, y en la medida de lo posible bella.... Algunos solo ven esto y pretenden ser Principitos toda la vida, solo leen el cuento sin darse cuenta de que el verdadero cuento empieza cuando se acaba de leer el libro. Nuestra generacion, esa que ha conseguido los logros que antes mencioné corre el riesgo de intentar perpetuar el libro del Principito, convertir su vida en las aventuras y viajes que el nos cuenta, olvidando que El Principito termina el libro dando un paso. Los que adoran al principito, esos que cuelgan posters de su preciosa portada y han leido mas veces el titulo que el final, piensan que se muere, de esta forma tienen excusa para seguir teniendo relaciones amorosas sin compromiso (no hablo de compromiso como sinonimo de eternizar) para seguir manteniendo una actitud pasiva ante todo, seguir sintiendose fragiles en un mundo ingrato, seguir queriendo ser un niño....
Pero El Principito no se muere, El Principito decide ser mayor, decide volver a cuidar a su flor, decide dejar sorprenderse por cada cambio que se produzca en sus volcanes, decide volver a casa, y su casa es el. A cambio renuncia a su cuerpo, a su cuerpo de niño a sabiendas de que nunca volvera a ser un principito, sino, mas bien un rey que debe tomar decisiones, que debe ser responsable. Renuncia o simplemente aprende, gracias a sus ojos de niño, que esta vida cambia y con ella nosotros, aprende que inevitablemente debe hacerse mayor y que ser mayor puede que tambien sea divertido.
Tan importante es saberse Principito como responsabilizarse de nuestro particular reino.
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o- ya somos reyes y reinas
ResponderEliminara- yo no estaría tan segura
o- bueno, a medias
a- eso, de camino
o- pero estás de acuerdo en aprender a dejar de ser príncipe.
a- sí. pero me gusta recordar cuando lo era del todo y creía que lo sería siempre.Un príncipito encantador&cool:
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