(...) Volví a salir y estos decidieron enseñarme una sala que no conocía, el Ohm. Andando hacia la esquina de Gran Vía donde estaba, ya casi en la cola, me sorprendió la luz de unos ojos que me pedían unos céntimos para comprarse un bocadillo, hipnotizado por aquel brillo ocular me fui con ese chico, sin decirles nada a Berto y Winona, a buscar un chino al que comprarle un bocadillo, mientras escuchaba de fondo a mis amigos gritarme:
-¡Antón! ¿A donde vas?
Eche un vistazo hacia atrás, les hice un gesto para que entraran en la sala y atendí a las explicaciones del muchacho, a sus palabras de agradecimiento. Era curioso, aun no le había dado nada.
-Tío, muchas gracias porque tengo la ostia de hambre. Hoy no he comido. Me haces un favor de la ostia, pero dame la pasta y ya voy yo.
-No tío, quiero ir contigo, entiende que quiero invitarte a comer pero quiero verlo, no es por nada, espero que lo entiendas, no es tanto saber a donde van a parar mis euros sino el compartir contigo el hecho de comprarlo…
-Bueno como quieras… Pero ya voy yo allí y lo compro, vete con tus amigos.
-No, coño, además estamos hablando ¿No? y eso también es importante ¿No?
Se ríe.
En una esquina un chino espera clientela para su tenderete en forma de caja de cartón. Le pregunto al chico que bocata quiere y poniendo cara de perro que le pide comida a su amo me dice.
-Tío, si puede ser, preferiría arroz que estará caliente y con este frío...
Lo mire con cara de "no te pases" pero me sentí bien diciéndole al chino que le pusiera un arroz. Añadí una cerveza a la invitación. El chico se negó porque no bebía. En su lugar cogio una fanta.
Me impacto su forma de abrir ese recipiente de aluminio lleno de arroz que venden los chinos en las esquinas y cómo no le llegaba el tiempo para abrir también la fanta y comer, solo miraba para lo que comía. Nos sentamos en un portal, me apetecía hablar con el…Devoraba el arroz y de vez en cuando me miraba de reojo.
-¿Quien eres tu, tío?-Le pregunte
Parecía sorprendido por mi interés por saber algo de él y después de un momento de pausa que utilizo para tragar su último bocado me respondió:
-Tío, yo soy de Ciudad Real y me vine con mi novia a probar suerte como actor porque... yo soy actor sabes...pero... las cosas no salieron como esperaba. Acabé mal con ella y me drogue mucho, he roto con mi familia y ahora ando por ahí tirado. No bebas tío, beber es una mierda.
Le dio un trago a la fanta, me miro fijamente como solo miran los que saben que no tienen nada que perder y siguió:
-Ahora voy a buscar a ver donde puedo dormir, ¿Tú me puedes dejar siete euros? Conozco una pensión que vale eso. Si puedes seria la ostia.
Reí cínicamente mirándole a los ojos y le dije.
-Tío ostias, no se, venga voy contigo hasta allí y te lo pago pero primero tengo que ir al cajero. Espero que no malinterpretes esto, no soy ningún santo ni ostias simplemente me apetece hacerlo. A lo mejor no debería, a lo mejor solo lo hago para sentirme bien pero...Venga va, acábate eso y… ¡No! Mejor espérame aquí, vuelvo ahora.
-Vale tío pero no te voy robar ni nada.
-Tranqui no es eso, confía en mi coño, vuelvo ahora, creo que es lo mínimo ¿No?
Al volver me lo encontré sentado en la misma posición y con la mirada perdida.
-Venga vamos. ¿Donde es esa pensión?
-Es por aquí-me indicó
Me llevo por un callejón y sentí algo de miedo. Se lo comente:
-Mira tío ahora mismo estoy un poco acojonado tienes que entender que no te conozco de nada y si quieres me puedes dar una hostia aquí, dejarme tirado y llevarte todo pero debes saber que a mi me daría igual porque el problema lo tendrías tú, no yo, así que yo quedaría tan contento.
-Tranqui tío, no soy violento.
-Te lo digo simplemente para que entiendas mi situación
-Claro tío
Conseguí relajarme, parecía buena gente, aun así, su forma de hablar acelerada y nerviosa me seguían provocando desconfianza. Pero me daba igual, estaba seguro de lo que estaba haciendo. Al llegar a la pensión le di los siete euros, le pregunte su nombre y donde podría encontrarlo:
-Yo soy Benito, pero para que…
-Yo Alfonso- le interrumpí ofreciéndole la mano.
Le sorprendió. Se limpio la mano en su pantalón, nos dimos un apretón y siguió
-Ando siempre por la plaza de Jacinto Benavente
-A lo mejor nos vemos, paso mucho por allí...
Me despedí deseándole suerte, me agarró y mirándome a los ojos me pregunto:
-Tú eres artista, ¿Verdad?
-No lo se ¿Que es ser artista?
Nos reímos y cada uno siguió su camino…
Volví hacia el Ohm con una sensación extraña, había sido una experiencia increíble pero no quería volver a verlo. Es cierto que durante los días siguientes pensé en ir a buscarlo a Jacinto Benavente para comentarle que quería hacer un corto y necesitaba un actor y de paso trasmitirle algo de esperanza pero no lo hice, seguramente porque ni yo me creía lo del corto. En el Ohm necesite olvidarme de “mi buena acción”. Lo intenté emborrachándome y sumergiéndome en el gasto fácil, no soportaba que Winona y Berto me preguntaran a donde había ido, me daba vergüenza explicárselo, me arrepentía de haber ayudado a aquel chico y no sabía porque. Pensé en que lo único que quería ofrecerle era conversación pero la aparición del dinero de por medio jodio todo, era un pardillo que regalaba dinero sin tenerlo. Me emborraché, gasté mucho dinero, bailé, y mire a las chicas de aquella discoteca que tenia un selección musical lamentable que sobrellevaba a base de whiskies. Volví a casa y no me sentí bien hasta que Lois me mando un mensaje en el que me contaba que había hablado con la chica del tren e iban a quedar para tomar un café. En el día del señor pase por la plaza de Jacinto Benavente sin mirar a los lados por si veía al vagabundo, no quería verlo a pesar de que pase a propósito por allí, si me viera él, bien, pero sino no, no sabia hasta que punto, para aquella persona, solo era el chico que le invitó a cenar y a dormir sin importarle nada mas de mi, me rayé y luego en un periodo de tiempo y espacio muy corto vi un policía cabrón cachear de mala manera a un marroquí y luego a un marroquí haciendo aspavientos como dando a entender que otro policía lo estaba tratando mal cuando, con mis propios ojos, fui testigo de que estaba siendo bastante amable. Gente buena y mala en todas las circunstancias, no por sabido deja de ser importante recordarlo de vez en cuando. (...)
fragmento del libro que nunca salio de la estanteria:
"META VOLANTE" (abril de 2004 - enero de 2006)
alfonso penabade.
.
.
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
mientras te leía pensaba qué bien que este chico nunca deje de ser él. qué bien leerte. me ha encantado.
ResponderEliminarBueno de momento he llegado hasta aquí, la verdad es que escribes bien, pero te corregiría TODAS las faltas ortográficas de acentos que sin querer me queman los ojos ^^ Pero por favor, no te lo tomes a mal, te lo dice una persona que lleva el pelo naranja y te invito un viernes cualquiera a tomar la última caña a un Kebab.
ResponderEliminarUn saludo muy grande Fon, a ver si nos vemos otro día que fuera de lo superficial de aquella noche, me pareciste una persona bastante interesante.
Ciao.