lunes, 27 de abril de 2009

ESCAPADA AL SUR (continua...)

En febrero de 2007 me dio la venada y tire para el sur. Mi vida no tenia un objetivo concreto mas alla de ver y observar. En Granada estuve dos meses intentando encontrar casa y trabajo pero no lo consegui. A cambio la ciudad de los Planetas y de Morente (y alguno mas) me regaló la belleza que describo en estos enlaces que os regalo. En mi primera noche en Granada, despues de salir de noche decidi que debia andar sin timon y descubrirla mientras todos dormian (mientras el universo ronca) y al llegar a una calle del albahicin y mirar para la la alhambra me encontre con la belleza.




http://www.fotolog.com/cinta_aislante/23677199
http://www.fotolog.com/cinta_aislante/24265430


La belleza me dijo que ya me tocaba dejar de buscarla que ya la tenia y que desde ese momento deberia construir belleza a partir de mi. Y eso hice. En aquel viaje decidi que vendria a Madrid para construir una vida, para convertirme en un hombre. Aqui he encontrado una casa, un trabajo, y he conocido a otros corazones desbordados. Madrid esta lleno de gente en busca de algo y los que acaban por darse cuenta de que no hace falta buscar, solo es necesario construir tranquilidad que te permita estar atento a que las cosas aparezcan, son los que al final acaban formando parte de mi vida.

Este fin de semana volvi a Granada en compañia de esos corazones desbordados que he encontrado en Madrid. Casualidades de la vida, Juanjeras es medio galego, medio gaditano y Gazpacho es granadino. Este ultimo nos esperaba alli y el Don Quijote valenciano fue mi compañero de viaje. En su coche dulcinea nos trasladamos por campos de castilla parando en cada luz que nos provocó entusiamo. Parar de noche en el mirador de Despeñaperros fue casi mejor que echar un polvo. Paramos en Cordoba porque nos dio la gana, buscamos un bar y encontramos a dos estrellitas fugaces con las que desayunamos tostadas con tomate aceite y jamon. Tres abrazos para despedirnos.
-Para ir a Granada hay que tirar hacia el sol - Le dije a mi Quijote
y el sol nos llevo por la carretera nacional, no dejo que vieramos autopistas que pasan rapido y nos invito a disfrutar de una carretera llena de curvas y paisajes. En medio de la nada paramos a descansar debajo de un olivo y las hormigas quisieron follarnos!!!. El camino siguio tranquilo en compañia de buenas canciones y camiones que cada vez que queriamos adelantarlos se metian por algun desvio, eso era una señal, no hay que adelantar solo hay que esperar. En una antigua estacion de tren tomamos un cafe y nos aseamos y miles de pajaros me daban saludos para mi canario Narciso que por ser canario se quedo en Madrid cuidando de la casa. Al vislumbrar las nevadas cumbres que protegen a Granada el radiocasette del coche puso "Cuando Vuelvas" de Los Mitos.... "Ahora ya no te podre olvidar" -dice esa cancion.

Y llegamos a Granada. Vigo es la madre que me proteje y siempre estara aunque no este, Barcelona fue mi primer amor imposible, Menorca fue la amante que me enseño a hacer el amor, Madrid es el amigo con el que no me cuesta convivir. Y Granada fue y es esa hermana mayor que enseña y a la vez tu puedes enseñar. Granada me enseño el sol y yo le regale lluvia.
En nuestro encuentro de este fin de semana se repitio la historia. Ella me obsequio con rayitos de sol en forma de conciertos bonicos, bares majos, mañaneos con vistas, payasos encantadores, jovenes con ansia,... Y me volvio a enseñar que a veces los rayos sol se convierten en malignos hippies sin mas amor a la tierra que a la que ellos pisan o en modernos ignorantes que no saben miran hacia adentro. Encontre rayos de sol preciosos en lugares oscuros, encontre rayos de sol venidos desde galicia, rayitos de sol tumbados a la vera del rio...

A cada rayo de sol le invite a ponerse mis cascos, escuchar la musica de cada vena y cada sensacion, cada latido y cada gesto. La belleza estaba por todas partes y como no me centre en ninguna en particular pude disfrutarlas a todas, a todos. Muchas veces mi ansia me hace confundir belleza con amor... eso ya lo saben.


Este fin de semana ha tenido pequeños instantes de brutal intensidad, a mi me dio por absorverlo todo y me converti en un duendecillo de ojos grandes y brazos largos. Y doy gracias...

De vuelta a Madrid senti morriña. Morriña, nostalgia de todos esos momentos compartidos, de cada una de las cosas que comparti este fin de semana, pero como buen gallego esa nostalgia no me para ni se convierte en pena, la vida no me deja darle mas valor a los momentos de duda y me ayuda a valorar las certezas.... Y saliendo de Granada se puso a llover....

En el autobus de vuelta me dio por ver que ponian en la radio que salia del asiento que estaba delante del mio. En un canal habia futbol, en otro musica para las masas y en el canal 4 justo cuando el sol inundaba toda la mancha de un precioso color naranja y violeta empezo a cantar Leonard Cohen meintras mi compañero de asiento cantaba un gol del Madrid. Y me senti feliz, me senti vivo, me senti con ganas de seguir aprendiendo y compartiendo, de seguir responsabilizandome y crecer, de seguir haciendo viajes y aprender a no poder hacerlos, a seguir metiendo el dedo en todos los enchufes y en todas las ortigas, a seguir en el ritmo de las personas normales para asi poder ser uno de ellos, a seguir limpiando mi casa, a seguir haciendo comidas los domingos, a seguir haciendome un lio con la declaracion de la renta, a seguir cayendo en el consumisno al ver una bonita portada de vinilo, a seguir disfrutando de ser un chico del sur del norte del sur del norte. A seguir aprendiendo que no siempre estoy feliz ni siempre quiero compartir, a seguir teniendo los ojos bien abiertos para no perderme la belleza, ni perderme en la belleza. Estan invitados a entrar en mi micromundo para mi sera un placer pasar a visitar los suyos.



Y la cancion para esto.... aun se esta componiendo.....


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1 comentario:

  1. Estos días en blanco me han enseñado que tengo adicción a tu blog. Te echaba de menos.
    Me ha encantado leer lo que nos has mostrado sobre tu viaje.
    Ojalá tu energía, ilusión y disfrute de lo diminuto te hagan sentir siempre humildemente grande.
    Y ojalá nunca te canses de irradiarlo y contagiarlo a través de tu palabra.

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